Nevus Gigante

Los nevus melanocítico congénito gigantes son lesiones desfigurantes, presentes al nacer que pueden presentar degeneración maligna hacia el melanoma o melanosis neurocutanea. Estas lesiones con frecuencia provocan un compromiso psicológico importante a los padres no tan solo por su potencial de malignización sino también por su estética.

Existen opiniones divergentes en relación al tratamiento de los nevus melanocitico congénito gigantes cuando se considera su riesgo de malignización versus el resultado estético-funcional de la extirpación y reconstrucción del paciente afectado. La secuela estética que dejan los tratamientos tradicionales muchas veces justifica no tratarlos aun asumiendo el riesgo de una posible malignización del nevus, ya que estos no son muy satisfactorios. El riesgo de desarrollar melanoma maligno dentro de un nevus gigante es desconocido, encontrándose en la literatura rangos entre 5 y el 31% lo que ha variado a lo largo del tiempo. Se sabe que los pacientes pequeños y nevus localizados en el tronco tendrían la mayor incidencia de malignización pero aun no es posible determinar cual lesión evolucionara hacia ella, por lo que se recomienda su extirpación y reconstrucción en todos los casos.

Dado que el compromiso de las células nevicas es profundo, es decir que compromete la dermis y tejido celular subcutáneo, los tratamientos que no contemplan la resección de estos planos como son la dermoabrasion, el curetaje o el laser no son definitivos con respecto a la eliminación de las células tumorales sino que son terapia cosmética que esconde el problema, y que muchas veces vemos que a largo plazo reaparece.

Entre los métodos quirúrgicos tradicionales, la resección del nevus por parcialidades fue el método de elección en los años 90, lo que significaba un gran número de intervenciones con un resultado deficiente a largo plazo. También se ha utilizado la resección del nevus y posterior “cobertura” ya sea con injertos de piel parcial, total expandida (o sin expandir) o la utilización de otros sustitutos dérmicos, incluyendo los más sofisticados y de alto costo como el Integra se obtienen en todos los casos resultados cosméticos pobres y funcionalidad restringida de la zona afectada.

La utilización de colgajos expandidos pediculados, o transferidos proporcionan una adecuada cobertura cutánea en lesiones que comprometen grandes extensiones.

Como cirujano plástico pediátrico prefiero realizar la reconstrucción durante el primer año de vida si las condiciones generales del niño lo permiten que a mayor edad. Esto considerando que los procedimientos a realizar son mejor tolerados a menor edad, sobretodo en la etapa de expansión y/o fijación de los colgajos. Iniciar tempranamente la reconstrucción nos dará la seguridad que el niño estará terminado antes de iniciar la etapa escolar aun considerando que requiera algunos retoques. Es conocido que interrumpir la etapa escolar dificulta el proceso de socialización y disminuye el rendimiento académico.

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